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ETA vuelve a sembrar el terror en las costas españolas

ETA retomó ayer su ofensiva contra objetivos turísticos. Esta vez lo hizo en Salou (Tarragona), donde explosionó un coche-bomba cargado con 50 kilos de dinamita situado en el aparcamiento del hotel Cala Font. La rápida actuación de la Guardia Civil permitió evacuar a tiempo a las 824 personas que se hallaban en el establecimiento, trece de las cuales sufrieron heridas leves. La acción se atribuye a un «comando» itinerante.

Los restos del coche bomba y, al fondo, la playa de Salou. Y.Cardo/J.Romeu

A las 7.09 horas de la mañana, la Asociación de Ayuda en Carretera de Guipúzcoa recibió la llamada anónima de un joven con acento vasco en la que informaba que, a las ocho de la mañana, explotaría una bomba colocada en un Renault 25 de color blanco situado en el aparcamiento del hotel Cala Font de Salau. Los responsables del servicio informaron a la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Ertzaintza.

Inmediatamente se habilitó el dispositivo de evacuación del hotel, en el que intervinieron miembros de la Benemérita, Policía Nacional, Mossos d´Esquadra y la Policía Local de Salou. Un mando de la Guardia Civil se puso en contacto con los propietarios del establecimiento, quienes accionaron la alarma de incendios, lo que aceleró la salida de los clientes.

Al mismo tiempo, los agentes recorrieron las 300 habitaciones de que consta el hotel para organizar la evacuación de las más de 824 personas, entre empleados y clientes, que en ese momento se hallaban en el establecimiento, la mayoría turistas procedentes de Madrid, Zaragoza, así como de Gran Bretaña, Rusia y Holanda. El desalojo se llevó a cabo en veinte minutos, aunque el importante despliegue habilitado no impidió que se vivieran momentos de confusión, pues entre los huéspedes había numerosos niños que habían acudido con sus padres a pasar las vacaciones en esta localidad de la Costa Dorada. Algunas personas pretendían abandonar el hotel por la puerta principal, más cercana al lugar donde se hallaba el coche-bomba, por lo que fueron reconducidos hacia la puerta trasera.

A LAS 8.30 HORAS

El vehículo, con matrícula cordobesa 7252 M, explotó a las 8.03 horas. La fortísima detonación, sucedida de una intensa humareda, se oyó en un radio de varios kilómetros. En ese momento, la mayoría de los clientes ya habían sido desalojados. No obstante, trece personas sufrieron heridas leves, la mayoría rasguños, debido a la metralla o a los efectos de la precipitada evacuación. Entre los heridos hay dos guardias civiles y varios niños. Todos los cristales de la fachada principal del edificio quedaron destrozados, así como el falso techo del vestíbulo, que presentaba cinco agujeros enormes. Nueve coches que estaban situados en el párking sufrieron daños de diversa consideración. Los clientes fueron alojados durante varias horas en otros hoteles de la zona.

El consejero de Interior, Xavier Pomés, que se desplazó al lugar de los hechos, explicó que el artefacto contenía 50 kilos de dinamita «tytadine» procedente del robo efectuado por ETA en Grenoble (Francia) el pasado 8 de marzo. Según Pomés, el atentado tiene las mismas características que el cometido el 18 de marzo en Rosas (Gerona), otro punto turístico de la costa catalana, que le costó la vida a un miembro de la Policía autonómica. Un método similar se utilizó también, según el consejero, en Gandía y Logroño.

Todo apunta, según responsables antiterroristas, a la acción de un «comando» itinerante cuya base estaría en el País Vasco y que, en este caso, robó el Renault 25 el pasado día 11 en Ondárroa (Vizcaya), preparó el explosivo y se desplazó puntualmente a la localidad tarraconense. Se descarta, por tanto, que la banda terrorista tenga una organización y una infraestructura estable en Cataluña.

EN SITUACIÓN DE ALERTA

Según Xavier Pomés, las Fuerzas de Seguridad destinadas en esta comunidad estaban en situación de alerta desde que el pasado 24 de julio, Olalla Castresana falleciera mientras manipulaba dinamita en Torrevieja (Alicante). «Eso nos hizo pensar en la posibilidad de que ETA intentara un nuevo atentado en otro punto turístico», dijo el titular de Interior del Gobierno catalán.

HACIA EL MAR

Fuentes de la lucha antiterrorista explicaron a ABC que la dinamita que explotó en Salou estaba colocada en el interior de una gran olla, escondida a su vez en el maletero del vehículo. El hecho de que el coche bomba estuviera colocado en un desnivel y perpendicular a la costa provocó que la onda expansiva se dirigiera hacia el mar, lo que no evitó que otros hoteles y apartamentos de la zona resultaran afectados. En el hotel Cap Salou, colindante con el Cala Font, el techo del comedor se desplomó. Asimismo, parte de la metralla alcanzó el jardín de los apartamentos Ca la Viña, donde algunos cristales quedaron rotos.

La delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García Valdecasas, elogió el rápido desalojo de la Guardia Civil e informó de la instalación de controles policiales en las carreteras de acceso a Tarragona. Respecto al efecto mediático que este atentado puede suponer para ETA, García Valdecasas dijo que «los terroristas no actúan dentro de la lógica que los ciudadanos normales puedan entender, van a hacer todo el daño que pueden».

EFECTO NEGATIVO

El alcalde de Salou, Esteve Ferran, hizo un llamamiento a la calma, aunque reconoció que la acción tendrá un efecto negativo en el turismo. En este sentido, el subsecretario de Estado de Turismo, Juan José Güemes, emtió un mensaje tranquilizador y aseguró que el sector actuó con gran profesionalidad. Por su parte, el presidente del patronato de Turismo de la Diputación de Tarragona, Octavio Bono, y el presidente de la Asociación Hotelera de Salou, Pineda y Cambrils, Salvador Pellicer, coincidieron en asegurar que el principal objetivo es ofrecer toda la ayuda y comodidad posible a los clientes afectados por la explosión.

OBJETIVO ETARRA

Salou ha sido objeto de numerosos atentados terroristas en los últimos veinte años. En ninguno de ellos hubo víctimas mortales. En 1979, ETA colocó una bomba que no causó daños importantes. El 9 de julio de 1995, la banda atentó contra la Caixa del Penedés y en julio de 1996 hizo estallar una bomba frente a la puerta del hotel Olimpus Palace. También en 1996 se desactivaron dos artefactos en los hoteles Delfin Park y Augustus II. Ese mismo mes, ETA hizo estallar una bomba en los lavabos de los apartamentos Royal.

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